Hace unos días que se fue, de esa
manera tan imprevista, sin darnos tiempo casi a despedirnos, pero nos queda el
recuerdo de su buen hacer. Algunos amigos ya han hablado de su gran formación
humanista, de su carácter afable y su gran humildad a pesar de toda su
sapiencia. Hecho que podemos corroborar por su trayectoria en Adaegina.
Durante más de 35 años
impartió clases de Latín y Griego en los institutos de Norba Caesarina y El
Brocense de Cáceres, así como en Santa Eulalia de Mérida.
En el campo de la Arqueología colaboró con los
equipos de las excavaciones en la Villa Romana de Monroy, en Los Barruecos, de
Malpartida de Cáceres, en el Cerro de la Horca, de Plasenzuela, y en la ciudad
romana de Cáparra.
Durante dos años colgó los latines, como él decía,
y trabajó en la Junta de Extremadura como Director de Actividades Juveniles en
la Consejería de Educación y Juventud.
Al incorporarse al Instituto El
Brocense fundó junto otros profesores entusiastas y alumnos, a los que imbuyó el
amor por la cultura clásica, pues ellos mismos dicen que fue su mejor profesor
de latín, con sus marchas arqueológicas y la buena armonía, que siempre transmitía.
Hizo que se fraguase el germen de la Asociación Arquelógica Adaegina, de la que
nunca se desvinculó, y que posteriormente, en el 1983, llegó a ser nuestra
actual Asociación Adaegina Amigos del Museo de Cáceres con sus diferentes
etapas, siendo su primer Presidente, y actualmente también formaba parte de la
directiva.
Todo eso se lo debemos.
En las reuniones de la directiva siempre
con su empeño para que al organizar las actividades los objetivos de Adaegina
no se diluyeran en meros viajes, con sus propuestas o sugerencias y
complementar en aquello que se podía enriquecer, al preparar los viajes
culturales con conferencias previas sobre el tema para que in situ pudiéramos
entenderlo y disfrutarlo mejor.
Colaboró de manera incansable, al
impartir diferentes conferencias y cursos a cuál más interesante, recordamos
con especial cariño el de Cultura Romana que diseñó y coordinó con los diferentes ponentes, y que él
mismo nos ilustró sobre “Los espectáculos en Roma”. Así se nos hizo comprender la
manera de vivir y mentalidad de los hombres de la civilización romana y su desmitificación.
Dedicado como guía voluntario del
Museo y que más de una vez nos llevó de su mano por la sala de Roma en pases
especiales para los socios.
Siempre participando de numerosas
iniciativas y actividades como en el II Certamen Publio Hurtado, Feria del
Libro en sus múltiples ediciones.
Todo eso y mucho más se lo debemos, le echaremos
de menos y nunca le estaremos lo bastante agradecidos por tanto que nos ha
aportado, como persona y amigo.
La Directiva.
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