Grupo de Adaegina en el patio del Convento de la Encarnación (Foto: Goyo Herrera) |
Nuestro agradecimiento a Mª José del Pozo, que nos guió por Ávila con un entusiasmo contagioso. A ella le dedicamos estas sencillas crónicas del viaje.
Catedral, iglesia, fortaleza, ... El exterior lo deja claro. Sólo hay que observar la torre-fortaleza y el cimorro. La torre "fuerte y quadrada, cuyo campanario se adorna de siete campanas grandes y mui sonoras en diferencia de voces, con un relox en su cimborrio... (José Tello Martínez, finales del siglo XVIII). El cimorro, elemento semicircular embebido en la muralla, es la propia girola que se constituye así en un elemento más de la estructura murada de la ciudad. Es un cubo más de la muralla y, como tal, está compuesto de barbacana y dos adarves con almenas. Es indudablemente el cubo más imponente de todo el conjunto. Así, parece lógico que la Catedral del Salvador sea conocida, frente a la "Pulchra Leonina" o a la "Magna Hispalensis", como la "Fortior abulensis".
Antes de entrar pudimos observar en el exterior la Portada Norte o de los Apóstoles (también
conocida como la de las imágenes), situada bajo un pequeño pórtico abovedado. Su situación actual se debe a la reforma que hace Juan Guas en el s. XV. Toda la imaginería (apostolado en las jambas, Juicio Final con Cristo Juez en el centro del tímpano, escenas de la Pasión en la primera banda, Coronación de la Virgen en el ápice, ancianos del Apocalipsis en las arquivoltas, ...) fue trasladada desde la portada occidental y adaptada a este espacio actual.
La portada de los pies o portada occidental fue modificada por Guas con el traslado de la imaginería a la portada norte, como hemos dicho, y posteriormente sufrió otra modificación en el s. XVIII. Llama la atención los dos salvajes que Guas (?) colocó en las jambas de entrada y encima de las arquivoltas, una balaustrada con hornacinas, hoy vacías, que cobijaban una imagen del Salvador y Santos relacionados con la ciudad. Encima, el escudo de la catedral y un San Miguel.
conocida como la de las imágenes), situada bajo un pequeño pórtico abovedado. Su situación actual se debe a la reforma que hace Juan Guas en el s. XV. Toda la imaginería (apostolado en las jambas, Juicio Final con Cristo Juez en el centro del tímpano, escenas de la Pasión en la primera banda, Coronación de la Virgen en el ápice, ancianos del Apocalipsis en las arquivoltas, ...) fue trasladada desde la portada occidental y adaptada a este espacio actual.
La portada de los pies o portada occidental fue modificada por Guas con el traslado de la imaginería a la portada norte, como hemos dicho, y posteriormente sufrió otra modificación en el s. XVIII. Llama la atención los dos salvajes que Guas (?) colocó en las jambas de entrada y encima de las arquivoltas, una balaustrada con hornacinas, hoy vacías, que cobijaban una imagen del Salvador y Santos relacionados con la ciudad. Encima, el escudo de la catedral y un San Miguel.
Al entrar en esta catedral uno sufre una fuerte impresión o impacto visual debido al color de la piedra. Esa piedra caleña jaspeada, llamada también "piedra sangrante", de carácter arcilloso que se encuentra en algunas zonas mezclada con la piedra berroqueña y que presenta procesos de disgregación. Esa piedra, como también vimos en San Vicente, da al interior del templo un aspecto peculiar.
Pero una catedral es más que un proceso constructivo, es también un compendio de historia y de historias. Y conviene saber leerlas. Cosa que no se puede hacer en una visita ni en dos. Además la catedral no es la misma si la visitas por la mañana o si la recorres al atardecer. La luz la hace diferente. Lo mismo ocurre con las estaciones. Nosotros, en la corta visita que hicimos por la tarde, sólo nos dio tiempo a ver y comentar algunos elementos significativos.
Detalle del Retablo Mayor en el que trabajaron Berruguete, Santa Cruz y Juan de Borgoña en las pinturas sobre tabla y Vasco de la Zarza, con otros, en las tracerías. |
El trasaltar está dedicado, en su panel central, al obispo Alonso de Madrigal, el Tostado (s. XV), una obra en alabastro de Vasco de la Zarza. Es un interesante retrato del culto prelado entregado a su tarea de lectura y estudio. Los Reyes Magos en camino, la escena de la Epifanía y la representación de las siete virtudes en hornacinas aveneradas completan este imponente retablo pétreo, una de las cumbres de la escultura renacentista en España.
Y para terminar nuestra visita a la primera sacristía o de los Beneficiados (s. XIV) y a la Sacristía principal o Capilla de San Bernabé, utilizada también como Sala Capitular.
Primera sacristía o de los Beneficiados |
Dos imágenes de la Sacristía Principal o Capilla de San Bernabé |
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El Real Monasterio de Santo Tomás
Iniciada su construcción en 1482, sirvió como mausoleo para el infante don Juan, hijo de los RRCC, fallecido prematuramente. Es un monumento singular de gran riqueza constructiva y artística. En él visitamos los tres claustros, la iglesia con el sepulcro de don Juan (obra de Fancelli) y con el artístico retablo de Berruguete, el coro real con su magnífica silleria de motivos y tracería flamígera y el aula magna de la antigua Universidad de Santo Tomás, entre otras dependencias. Veamos en imágenes una secuencia de nuestra visita:
En el exterior de Santo Tomás, ante la fachada de la iglesia que semeja una H, formada por el gran arco escarzano entre dos machones. |
Observando las bóvedas de crucería en las naves de uno de los claustros. Arriba el Claustro del Silencio o de los difuntos. |
Escaleras de subida al coro. |
Dos vistas del retablo mayor desde el coro y vista del Cristo de la Agonía, atribuido a Siloé. |
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El Monasterio de la Encarnación
Fue nuestra última visita. El convento en el que Teresa vivió treinta años, de ellos, tres como priora. Nuestro recorrido giró fundamentalmente alrededor de su persona: espacios, objetos, reliquias, ... todos los elementos que conforman un Museo Teresiano.
En el interior de todo un mundo teresiano. |
La explicación entusiasta de Mª José y piezas singulares del museo teresiano. |
Otros objetos relacionados con esta temática: La llave de la celda de Teresa, vigas antiguas restauradas, la imagen de San José, el "Parlero", naveta del XVIII y silla utilizada por Juan de la Cruz. |
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Acabadas estas tres entradas sobre nuestro viaje a Ávila, a uno le hubiera gustado traer aquí textos y poemas de esa poesía mística que con tanto acierto y belleza cultivaron en Ávila Teresa o Juan de la Cruz. No se puede visitar esa ciudad y no releer algunos de esos poemas. Por eso me parece que estaría bien traida la adaptación musical que hizo Enrique Morente del poema de Juan de la Cruz que comienza "¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre. // Aunque es de noche!". Pero, para rizar más el rizo, antes de la versión de Morente (enorme canción), veremos la que ha realizado la cantante Rosalía. Menuda fusión: Mística-flamenco-Rosalía. Escuchemos la canción entera (paciencia hasta que termine el anuncio al principio, si lo hay). Es toda una experiencia...
Puedes escuchar también, si quieres, la versión del maestro Morente:
Hay otra versión de Rosalía, esta vez "a capela". Recomendable también.
A disfrutarlas: letra, música y vídeos.
Realización: José Vidal Lucía
4 comentarios:
¡¡¡Bravo ¡¡¡. Te has superado. Gran homenaje a Teresa de Ávila y la mística.
Un abrazo.
Julia
Espectacular el reportaje. En las fotos has captado de una manera genial los detalles de sus monumentos. Muy buen trabajo, enhorabuena.
Charo Rodero
Ha sido interesantisimo el reportaje y las fotos han sabido expresar toda la belleza de sus monumentos muchas gracias Maribel Garcis
Ávila es una ciudad encantadora con una rica historia y cultura que se remonta a la época medieval.
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