Grupo de Adaegina ante el Museo de Semana Santa. Medina de Rioseco |
El día empezó con una
frustración: El viaje por el Canal de Castilla, lo que todos estábamos
esperando, era imposible. Un tornado, fenómeno que se repite en Castilla cada
dos o tres siglos, había arrancado, y arrojado al Canal, unos cuantos árboles,
haciendo imposible la travesía. Otra vez será.
En Medina de Rioseco las cosas fueron algo mejor. Pudimos visitar una fábrica de harinas del S. XIX que funcionó hasta mediados de los años sesenta, entiéndase, del S. XX. Estaba tal y como quedó cuando dejó de funcionar, y la visita resultó muy ilustrativa.
Además, visitamos dos
museos, el de Semana Santa, cuyo contenido, muy interesante, es fácil de
imaginar, y el de San Francisco, con terracotas de Juni, marfiles
hispano-filipinos del S. XVII, una custodia de A. Arfe, escultura policromada
de los siglos del XVI al XVIII, pinturas flamencas del S. XVII..., contando
con un montaje audiovisual y muchas prisas de los responsables del museo por
que acabáramos en tiempo récord.
Mención especial merece la Calle Mayor o Rúa, calle porticada de trazado medieval, casi toda ella con columnas de madera.
Mención especial merece la Calle Mayor o Rúa, calle porticada de trazado medieval, casi toda ella con columnas de madera.
Urueña merece
atención especial. Es una población declarada Conjunto Histórico-Artístico en el
año 1975, y declarada en 2007 Villa del Libro, distintivo que sólo tienen otras
14 localidades de Europa, Estados Unidos y Asia.
Ofrece un aspecto de
pequeña ciudad medieval, que conserva gran parte de la muralla con dos de sus
puertas, algunos lienzos del castillo, casonas de piedra de cierta calidad y
una iglesia parroquial gótico-renacentista. Fuera del recinto está la ermita
románico-lombarda de La Anunciada.
La Iglesia de Santa
María de Azogue Tiene un ábside gótico y una nave renacentista, y un retablo de
1671, de Juan de Medina Argüelles.
Aunque lo más
destacado son los museos: Centro Etnográfico Joaquín Díaz, Colección de
Campanas, Instrumentos del mundo de Luis Delgado, Centro del Libro “e-LEA” dedicado a Miguel
Delibes, y Museo del Cuento.
Solo nos faltó una
hora extra para pasear por las calles y la muralla.
De Toro, además de la famosísima Colegiata de Santa María la Mayor, románica, hay que destacar sus agradables paseos por las calles del centro, por el Espolón, y por la Judería, donde se encuentra una espléndida iglesia – museo mudéjar.
Ah, se me olvidaba:
Hay muy buen vino, dulces y chacinas.
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