23 de febrero de 2022

Ciclo de conferencias del Museo de Cáceres (17/02/2022).

"EUGENIO HERMOSO, UNA REVISIÓN DESDE EL SIGLO XXI" 

El pasado jueves, 17 de febrero, tuvo lugar en el Salón de Actos del Museo de Cáceres la conferencia "Eugenio Hermoso, una revisión desde el siglo XXI". La magnífica conferencia fue a cargo del Profesor Rodrigo Vargas Nogales que además de profesor es artista plástico y Doctor en Bellas Artes.

A Eugenio Hermoso se le considera como uno de los máximos exponentes de la pintura costumbrista extremeña, plasmando en sus obras la vida y costumbres de la Extremadura de principio del siglo XX.

A Rodrigo Vargas y a Eugenio Hermoso además de su amor por las artes plásticas les une el lugar de nacimiento, ambos artistas son frexnenses.

Eugenio Hermoso ya desde muy pequeño asistía a la Escuela de Artes y Oficios de Fregenal de la Sierra donde desde el principio destacó pero fue gracias al empeño de su profesora, que viendo su talento, quien consiguiera que marchase a Sevilla para continuar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.

En Sevilla, por primera vez, Eugenio recibió enseñanza reglada relacionada con la pintura y allí fue donde conoció, entre otros, a Francisco Narbona y José Jiménez Aranda. Viendo Jiménez Aranda el gran talento de Hermoso para la pintura y entendiendo que el artista tendría más posibilidades de evolucionar en su aprendizaje si se marchaba a Madrid, le convenció para que se trasladase a la capital y fue allí que estudió estudió en la Escuela Especial de Pintura y Escultura.

Durante su época de estudiante en Madrid visitó a diario el Museo del Pardo y se dedicó ahacer copias de los cuadros de otros grandes como Velázquez, El Greco o Goya, que le sirvieron para aprender de las técnicas de estos autores  simplemente con la contemplación de aquellas obras.

Hermoso durante su estancia en Madrid pudo descubrir y disfrutar de la vida cultural de la capital, visitó asiduamente el Ateneo y el Círculo de Bellas Artes donde completó su formación, además, en su salidas y visitas a los cafés tuvo la oportunidad de asistir a tertulias protagonizados por grandes autores de la literatura del momento como Valle Inclán.

Hermoso participó en distintas exposiciones y concursos y recibió el Primer Premio Duquesa de Denia en 1902 por su obra "Huérfano"; en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904 obtuvo la Tercera Medalla por su obra "Muchacha haciendo media"; en 1906 por su obra "La Juma, la Rifa y sus amigas" obtiene la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1907 en la Exposición Internacional; en 1908 consiguió otra Segunda Medalla Nacional de Bellas Artes por "Rosa" y en 1910 con "Jugando a la soga" obtiene la Encomienda de Alfonso XII; con "A la fiesta del pueblo" consiguió la Primera Medalla Nacional de Bellas artes en el año 1917. En el año 1926, con "Lavanderas" y los desnudos "Melancolía" y "Madreselvas" obtuvo la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.

Después de una serie de éxitos aparecieron las primeras críticas de las que supo reponerse volviendo a pintar sobre lo que mejor conocía... los lugares, paisajes y personajes de su pueblo, recuperando así la esencia de su tierra, Fregenal de la Sierra.

A mediados de los años 20 se atreve con los desnudos y se inicia en este arte.

La República, la Guerra Civil española y la posguerra fueron tiempo muy difíciles para Eugenio Hermoso. Durante la República las obras del autor no fueron muy bien recibidas y durante la posguerra viendo que el panorama cultural no era como a él le hubiera gustado se dedicó a la pintura religiosa.

En el año 1941 tras la muerte de unos de sus maestros en Sevilla, Gonzalo Bilbao, fue elegido Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

No fue hasta 1948 por las obras "Altar" y "La siembra" que consiguiera la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes.

Fue la década de los 50 su época más amarga pues no contaba con el favor de la crítica especializada. En esos momentos había un gran interés por las nuevas vanguardias y a Hermoso no le atraían nada, es entonces cuando aparece el Eugenio más satírico. 
En 1955 escribe sus memorias bajo el seudónimo de Francisco Teodoro de Nertóbriga (tomó su nombre de un asentamiento romano cerca de Fregenal). También pintó algunas series de pequeños cuadros que más que sobre todo le sirvieron para su propio desahogo porque no se expusieron.

Eugenio Hermoso falleció el 2 de febrero de 1963 en Madrid aunque después fue enterrado en su tierra, en Fregenal de la Sierra.


Cabe destacar la importancia que tuvieron en la vida de Hermoso las mujeres... su maestra de Fregenal, su madre, su mujer y su hija.

De Eugenio Hermoso se puede decir que era un genial retratista y que fue uno de los mejores referentes y representantes de la pintura costumbrista que hemos tenido en esta tierra. Nadie mejor que él supo trasladar a sus cuadros las costumbre, los usos y los personajes de Extremadura, tomando como modelos, por supuesto, los paisajes y las gentes de su pueblo a quienes conocía perfectamente.

Con Eugenio Hermoso hay una deuda que esperemos se resuelva y que muy pronto todos podamos visitar su Casa Museo y disfrutar de sus obras antes de que sea demasiado tarde.

"Extremadura es Eugenio Hermoso y Eugenio Hermoso es Extremadura" por Rodrigo Vargas.